NATURALEZA

 

¿Cuántas veces hemos trabajado entre semana esperando a que llegue el viernes para escaparnos con los amigos, familiares o con quien sea a hacer una ruta de senderismo o al pueblo?¿Cuántas nos hemos ido de vacaciones a la playa o al río, al norte o al sur?¿Cuántas veces hemos escuchado “vámonos este fin de semana a la montaña, a desconectar”? Río, playa, sur, norte… todos estos contenidos tienen algo en común, están presentes en la naturaleza.

Que la naturaleza y el instinto del ser humano por mantenerse en contacto con ella van de la mano parece seguro, al menos en la inmensa mayoría de las personas.

Hace bastantes años ya, épocas como el Paleolítico u otras muchas, han servido de base para formas de alimentación o entrenamiento actuales. Es cierto que desde aquel entonces el ser humano ha sufrido un importante proceso evolutivo, pero involutivo en muchos otros sentidos.

Como siempre se ha dicho “en el término medio está la virtud”, y esto es, lo que trato de explicar en esta sección. A pesar de que los seres humanos por aquel entonces tenían una edad de vida media mayor de lo que se pensaba en un principio, parece ser que seguía siendo inferior a la que podemos encontrarnos actualmente. Esto puede explicarse, por ejemplo, con la cura no descubierta por aquel entonces de muchas enfermedades, aunque, sin embargo, los valores de medios de cáncer en la población son ahora más altos que nunca.

“Naturaleza” no es más que un intento de retroceder hacia el pasado para coger aquello que se encontraba en mejores condiciones que ahora y mantenerlo dentro de ese punto medio. En aquellos tiempos, no había carne envuelta en bandejas que declaraban no tener gluten (la carne fresca nunca ha contenido este tipo de productos), tampoco se añadían aditivos como conservantes o edulcorantes artificiales para hacer los alimentos más palatables o duraderos. Ahora encontramos patatas al peso que miden todas exactamente lo mismo, frutas con colores y brillos impropios para ser recogidas de la tierra o la naturaleza. Esta irregularidad y naturaleza que falta es la que poco a poco hemos y estamos perdiendo y debemos recuperar.

Si compras leche, que su único ingrediente sea leche, si compras carne (tanto blanca como roja), que su único ingrediente sea la carne. Intenta siempre obtener los alimentos lo más cercanos posibles a la naturaleza y con el menor impacto posible del ser humano desde su proceso hasta la obtención por tu parte. Ningún alimento natural va a tener una mala composición nutricional, incluido en una dieta equilibrada y en su justa medida. El cambio debería dirigirse en empezar a mirar más lo que contiene un alimento, en vez de quedarnos simplemente con su aporte calórico o de macronutrientes.

MOVIMIENTO

Segundo concepto de los tres que componen el sistema y, estrechamente relacionado con el primero, engloba a todas aquellas posibles formas de movimiento. Tanto como para mejorar en diversas disciplinas deportivas, como para desarrollar la condición física independientemente del objetivo.

En la actualidad, podría asimilarse al concepto de «entrenamiento funcional», sin tener en cuenta el objetivo, el cuerpo es un todo o conjunto y como tal debe ser tratado, asimilando los movimientos de entrenamiento a los de la vida cotidiana o a nuestro deporte si queremos entrenar para mejorar nuestra condición física (ya sea correr más rápido, perder peso, aumentar nuestra masa muscular, etc). Dejando los movimientos analíticos para situaciones muy concretas, como, por ejemplo, pudiera ser una fase de rehabilitación tras lesión. Si una persona se pone el único objetivo de «estar en forma», entrenar para aprender a agacharse y a adquirir una ergonomía postural adecuada debería ser necesario. A pesar de lo descrito a continuación, el trabajo realizado en gimnasio por muchas personas está totalmente apoyado por esta cuenta. Powerlifting, halterofilia y otras disciplinas son practicadas por mi parte y el siguiente párrafo sólo supone una recomendación para aquellas personas que no se encuentren cómodas con su situación actual en el gimnasio.

Uno de los contenidos que podemos encontrar aquí y que supone uno de los principales objetivos de Fitness Funcional, es poder sintetizar la naturaleza y el movimiento en un mismo concepto, para llegar al último nivel, el cual sería la vida. Esto es, el poder entrenar de esta manera en contacto con la naturaleza. La mayoría de las personas pasan su vida dentro de una rutina delante de un ordenador en una oficina, entrenando en un gimnasio con cualquiera de las «rutinas» de entrenamiento que allí te van a facilitar según el objetivo que quieras, otra vez encerrado dentro de unas paredes. Esto sólo supone las mismas condiciones que tu vida diaria pero visto de una manera deportiva. Sal a la calle, utiliza los medios que tienes a tu disposición, entrena en contacto con la naturaleza, con tu propio cuerpo o con elementos externos. Sustituye el jalón (mejor al pecho que tras nuca) por colgarte en una barra de dominadas, las máquinas por correr, saltar, escalar, empujar… El objetivo de todo esto es que estés deseando durante el día que llegue la hora de entrenar, que te de igual que llueva y que corras por un terreno irregular del parque (camino, césped…) en vez de en una cinta en un gimnasio, porque esta no se va a asimilar a las condiciones de tu día a día y lo irregular sí.

VIDA

La cuestión no es vivir más años, sino llegar con calidad de vida y una buena condición física a la edad adulta. Cuántas personas habremos visto llegar a la jubilación en unas condiciones pésimas (dolores de espalda, hernias, curvaturas fisiológicas de la espalda alteradas, alta frecuencia de enfermedades por un debilitado sistema inmune…).

Actualmente, es difícil cumplir todos estos objetivos en una sociedad en la que los ídolos de muchos niños promueven en la televisión la compra de productos ultraprocesados. Una sociedad en la que los médicos de cabecera facilitan dietas de 1000 kcal sacadas de un cajón, sin atender a las características individuales de cada paciente o a las personas que van con problemas de salud (como síndromes metabólicos, por ejemplo). Tampoco es fácil conseguir calidad de vida si podemos comprar a mejor precio un paquete de bollos o galletas de chocolate que una bolsa de aguacates, o si nos encontramos en oferta en las principales estanterías ultraprocesados que añaden en su caja que están avalados por sociedades españolas de nutrición (las cuales, a su vez, están subvencionadas o perciben intereses económicos de estas mismas empresas que fabrican estos productos).

Para que nos hagamos una idea, en España se puede llamar a un pan «integral» aunque contenga un 0% de harina integral.

Por todo esto, es necesario un giro radical en la forma de abordar estos temas, donde ya hay grandísimos profesionales trabajando y donde, esta cuenta, sólo viene a aportar su granito de arena a todo este movimiento.

Así que, recuerda: aliméntate extrayendo los recursos de la manera más cercana a la naturaleza posible y llegando siempre a tu cantidad diaria de proteínas recomendada (valores cercanos a 1,5-2 g/kg peso corporal/día según objetivo); y entrena con movimientos poliarticulares, independientemente de tu objetivo, sea donde sea, pero con motivación y creyendo en lo que estás haciendo, y que tu masa muscular del Core siempre esté activa (concepto muy diferente a tener un abdomen definido) en todos los movimientos.

NATURALEZA + MOVIMIENTO = VIDA.